viernes, 1 de marzo de 2019

La Roca de la Creación


La Roca de la Creación

El macizo montañoso de la Sierra Nevada de Santa Marta se encuentra en el extremo norte de Colombia, aproximadamente entre los 72º30’ y 74º30’ de longitud Oeste, y entre los 10º0’ y 11º30’ de latitud Norte. Se trata de un gran bloque montañoso separado, independiente y más reciente, en términos geológicos, que la cadena andina, con una extensa planicie aluvial y bordeado en uno de sus flancos por el mar Caribe. Sus límites se definen por la cuenca del bajo Magdalena, la cuenca del Cesar y la línea de costa del mar Caribe. Estructuralmente se encuentra demarcado por la falla Santa Marta - Bucaramanga al Occidente, la falla de Oca al Norte y el lineamiento del Cesar al Suroriente (Mejía y otros, 2008).

La Sierra Nevada de Santa Marta, es un macizo montañoso creado como una intrusión magmática, de forma triangular y de aproximadamente 17.000 kilómetros cuadrados (desde el cielo se observa como una gran pirámide natural), "emergió pungente, solitaria y soberana de las profundidades del mar Caribe (Mendoza, 2011)". Constituye un volumen montañoso independiente del sistema andino, con condiciones geologicas totalmente diferentes. Pertenece a tres departamentos: Cesar, Magdalena y La Guajira.

Figura 1. Mapa geológico de la Sierra Nevada de Santa Marta (modificado de Tschanz et al. 1969, 1974)


Cada una de las caras de este macizo esta paralela a una falla tectónica, ocasionado que confluyan varias fallas en los vórtices.

Algo sin duda singular, es que la Sierra Nevada de Santa Marta es la montaña aislada más alta del mundo, lo cual es un hecho notable de la geografía Colombiana; La Sierra Nevada de Santa Marta, pirámide natural de base triangular casi perfecta, sus lados miden entre 160 y 180 km de longitud (Mendoza, 2011).

Esta montaña es tan enorme que cuenta con los tres picos nevados con las mayores alturas de Colombia, de los cuales los gemelos picos nevados Colón y Bolívar llegan hasta los 5.775 metros sobre el nivel del mar, y también corresponde a la montaña nevada más alta del mundo cercana al mar, tan solo a 42 kilómetros en línea recta (Wikipedia, 2018). 

Los indígenas Tayronas, primeros pobladores conocidos de la Sierra Nevada de Santa Marta pudieron manifestar que la "montaña" (refiriéndose a la Sierra Nevada) se dio o emergió “después de que terminaron de crecer las planicies alrededor, ahí mismo se elevaron los picos de la sierra, formaron el ombligo del mundo” (Wikipedia, 2018).

La UNESCO declaró Reserva del Hombre y la Biosfera a la Sierra Nevada de Santa Marta, además cuenta con la principal estrella fluvial de Colombia (
Mendoza, 2011). En las caras de esta enorme montaña se deslizan unos 40 ríos diferentes, con diverso caudal y longitud. En estas montañas vivió, hasta 1600, el pueblo de los indígenas Tayronas, que hablaban la lengua grogui; se opina que hay cierto parecido con el antiguo dialecto de los Tayrona, en la actualidad aún hay cerca de 7 mil hablantes de grogui-Tayrona. Los Tayronas habitaron la Sierra Nevada de Santa Marta durante los siglos XI y XII d. de C. Se situaron en el sector comprendido desde el nivel del mar a cero metros y una altura aproximada de 2.000 metros, principalmente en la zona de Santa Marta, cerca del río Manzanares, poblado de Bonda, a lo largo de los ríos Ariguaní, Cesar y Ranchería, también en los valles de los ríos Palomino y Buritaca. Los Tayronas, con una de las más avanzadas culturas de la América prehispánica, desarrollaron una orfebrería extraordinaria que destacó por encima de la de otros pueblos. La mayoría de estos objetos eran adornos que se utilizaban para adornar el cuerpo (para mas información ver http://hablemosdeculturas.com/cultura-tairona/).

Los famosos pectorales anchos, en oro martillado, con figuras de soles, animales y hombres, representaban los Dioses que adoraban: el sol, la luna, la tierra, el jaguar y la serpiente. Las narigueras, orejeras y adornos sub labiales, estilizaban los rasgos de animales cuyas propiedades eran asumidas por la persona que los llevaba puesto. Encima de tan lujosa indumentaria se ponían sus joyas de oro, consistentes en narigueras, chagualas como patenas o medias lunas, petos, collares de caracoles y cuentas. Para las mujeres había, además, brazaletes, ahorcadas y gargantillas (Cajal, 2017).

En sus trabajos los indígenas Tayronas acostumbraban estar casi desnudos. Pero cuando salían de sus faenas usaban trajes de telas firmes de algodón. Las mujeres, además de la falda, se echaban sobre las espaldas, una especie de chal o pañolón de tela blanca. Hombres y mujeres se adornaban con joyas de oro, penachos de plumas y mantas pintadas, adornadas con cristales de cuarzo, coralina, jaspes y otras piedras engarzadas en oro. Los Tayrona fueron hábiles en el arte plumaria; de plumas de guacamayas, de pavas y otras aves hicieron diademas, penachos, capas como mucetas, flores, rosas, vestidos de colores vistosísimos, abanicos; inclusive mantenían en cautiverio guacamayas para extraerles el plumaje cada año y utilizarlo en sus trajes de ceremonia.

La religión de la cultura Tayrona es muy desconocida ya que no se tienen muchas informaciones al respecto, de como llevaban su religión, ritos y ceremonias, al parecer, no dejaron muchas pruebas afirmadas sobre ellas, o no se han podido asegurar mucho; sin embargo, tras investigaciones realizadas se dice que en la cultura Tayrona se rendían culto a las estrellas, adjudicándoles identidades masculina o femenina y suponiendo en ellas relaciones carnales; adoraban a un niño nacido de una virgen, un parecido muy notable con el cristianismo, el cual permanecía debajo de la tierra, sin crecer ni menguar.

Foto 1. Aviones Tayronas. Adoraban las aves y su vuelo, tenían muy claro el tema de aerodinámica, no se puede evitar comparar con aviones reales por la forma tan similar con que concebían el aerodinamismo.

En este culto adoraban figuras que su extraña forma ha llevado a varios expertos en aerodinámica como J.A. Ullrich, Ivan Sanderson, Arthur Poyslee, etc., a plantear la posibilidad de que estos elementos religiosos no sean exactamente ninguna especie animal, sino más bien auténticos modelos de aeroplanos a pequeña escala, con todas sus características técnicas. Entre los detalles que se observan en estas valiosas piezas de oro figuran la aparición de carlingas para los pilotos, timones de profundidad y dirección, planos de sustentación del fuselaje con una perfecta simetría aerodinámica, y alas especialmente diseñadas por su curvatura para prevenir las vibraciones existentes al superar la barrera del sonido.

Las reproducciones de estos posibles aviones han pasado con una nota sobresaliente a diferentes exámenes realizados en túneles de prueba y programas informáticos de simulación de vuelo, como el realizado por el profesor de aerodinámica y ex-piloto de combate J.A. Ullrich, quien llegó a afirmar categóricamente que, el diseño del ala de estos aparatos indicaba una capacidad de vuelo supersónica, y no sólo eso, también podría volar debajo del agua, sin que le fuesen arrancadas las alas.

Otro de sus compañeros, el Doctor A. Poyslee del Instituto Aeronáutico de Nueva York, precisó la imposibilidad de que estos objetos representasen a pájaros o peces, pues es imposible imaginar un pájaro con superficies sustentadoras tan precisas y aletas vueltas verticalmente hacia arriba.

A todo este conjunto de importantes datos técnicos que apoyan la hipótesis de que estos originalmente denominados "ornamentos religiosos", sean en realidad pequeños diseños a escala de aviones prehistóricos, habría que añadir un último apunte más, no existe en toda la zona donde han sido encontrados estos objetos, la menor referencia que haga mención a ningún culto relacionado con insectos, peces o pájaros, por lo que asociar su imagen a posibles ceremonias funerarias o religiosas no parece ser que tenga mucho sentido.

La utilización de un material tan valioso como el oro, siempre relacionado directamente con la realeza y los dioses, tampoco parece tener ninguna lógica a la hora de representar a estos supuestos animales, que bien podrían haber sido elaborados para cumplir el papel de amuleto u ofrenda, en otros materiales menos nobles como la piedra o la cerámica, también perfectamente dominados por los artesanos Tayronas (ver 
https://www.bibliotecapleyades.net/esp_aviones_precolom01.htm).

Entre las cosas que se saben es que en la antigüedad tanto como hoy en día, además de ser una práctica cotidiana aún, la piedra angular de su cultura eran y son los cultivos de coca, cuyas hojas se trituran y se mastican continuamente, para esto utilizan un instrumento, llamado poporo, en el cual mezclan conchas de moluscos calcinados. Se metían la combinación obtenida en la boca, juntándola con las hojas de coca. El bolo resultante los mantenía en un constante estado de ebriedad, quitándoles el hambre y dándoles más fuerza. Los jefes espirituales de la comunidad, llamados Mamas, tenían el poder absoluto sobre los pueblos, y la gente les temía porque creían que estaban dotados de facultades sobrenaturales.

En los años sucesivos a 1.525 con la fundación de la ciudad de Santa Marta, hubo varias batallas y muchos nativos fueron diezmados, tanto por las armas de fuego como por las enfermedades traídas del viejo continente. Algunos Tayronas se refugiaron en las ciudades más elevadas de la Sierra Nevada, como la ciudad de Teyuna, y lograron, de esta manera, sobrevivir en el curso de los siglos posteriores. En la actualidad, en la Sierra Nevada de Santa Marta viven los descendientes de esta cultura, a saber: los Kogui, los Kankuamos y el pueblo de los Ijka o Aruhaco.

El sitio arqueológico definitivamente más importante a nivel de infraestructura y visitantes por año en la Sierra Nevada de Santa Marta es la Ciudad Perdida de los Tayrona o Teyuna, la cual fue descubierta sólo en 1.975. Se trata de un conjunto de terraplenes delimitados por muros de contención donde estaban ubicadas las cabañas, usadas no sólo como casas sino también como recintos ceremoniales.

Los Tayronas tenían una relación muy particular con la naturaleza, ya que el respeto por la Madre Tierra era total. Aún hoy, los Kogui y los Ijka tienen un estilo de vida muy particular, puesto que se niegan a utilizar la electricidad o cualquier otro instrumento moderno, con excepción de las botas de caucho, usadas para evitar mordeduras de serpientes. Su filosofía se basa en el respeto de la naturaleza y en la convicción de que la Sierra Nevada, a la cual ellos consideran el centro del mundo, sirve de “termómetro”, para enterarse de la situación general del planeta. Si la Sierra Nevada sufre, o bien, a modo de ejemplo, si algunos árboles se enferman o el nivel del agua de los ríos desciende de manera extraña, significa que el mundo entero está sufriendo y que ocurrirán otros desastres ambientales inexorablemente.

La cultura de los antiguos Tayronas es, en ciertos aspectos, todavía un enigma. Sólo a través del estudio de algunos petroglifos y pinturas rupestres podemos tratar de interpretar su compleja cosmogonía y su concepción de vida, y es el principal motivo del presente artículo.

El culto a la fertilidad era el cimiento de la cosmogonía Tayrona. Había una multitud de Dioses, entre los cuales reinaba Kaka Serangua, el Creador Supremo. Luego estaban el Dios de las serpientes, representante del inframundo (el diablo en la simbología católica), que se llamaba Jaijavé, el Dios de los peces, llamado Nyìueldue y muchos otros más.

Para los Tayronas, la Madre Tierra tenía un significado profundo, pues se supone que de ella deriva toda la especie humana. Se representaba en estatuillas de terracota como una mujer corpulenta y fuerte, y mientras que los jóvenes la consideraban sabia, para los ancianos era joven y fértil. 

En una de las cimas que dividen el valle del Rio Piedras y el valle del Rio Manzanares, en la Sierra Nevada de Santa Marta, en el Corregimiento de Bonda, se encuentra un lugar de importancia arqueológica dominado por un imponente petroglifo que se encuentra esculpido en una roca ígnea del tipo granito, reconocido como la Piedra de Donama. El sitio como tal carece de levantamiento y de mayor información, al respecto hasta el momento se han identificado unas  6 rocas ígneas, todas del tipo granito, las cuales tienen petroglifos de antiguos pobladores de la Sierra Nevada, sobresale una roca enorme de aproximadamente cuatro metros de diámetro y tres de altura, de forma irregular. 


En una cara de esta roca están esculpidos extraños signos, aparentemente abstractos, que se confunden los unos con los otros, a manera de ser un laberinto (Voces de la Bahía, 2014).

Este petroglifo recibe su nombre debido a que la roca donde esta esculpido esta ubicada en la vereda Donama, lugar donde habitaba el cacique Donama, quien tenia su asentamiento en esta zona. Durante las observaciones en campo, el día 21 de junio de 2018, se pudo determinar que aparentemente el petroglifo esta esculpido en la cara de la roca que está orientada al sol naciente del solsticio de verano. La mañana del solsticio de verano, el sol ilumina solamente la cara de la roca que cuenta con petroglifo. En este sentido se observó que otra de las piedras de Donama está orientado su petroglifo hacia el sol de inicio del verano, con multiples utilidades, ya que junto con el movimiento de los astros los chamanes Naomas podían predecir las épocas de lluvias y sequías.

Como se puede observar el petroglifo de la piedra de Donama es un laberinto de formas abstractas, similar a un cerebro humano (ver la imagen 2). Al parecer en la parte inferior derecha figura la Diosa Gauteovan, quien representaba la madre del universo y todas las cosas, creadora del sol y de los espíritus que causaban enfermedades, representada por una mujer de senos grandes ubicada en la parte inferior derecha de la imagen, se distingue claramente como un personaje que aparenta estar fuera del mensaje escrito, como un relator, sin embargo solo son apreciaciones y quedaran muchos incógnitas por resolver del mensaje grabado en la roca.

Foto 2. Piedra de Donama, Cara al Este donde se aprecia el petroglifo. Se puede observar que los grabados no llegan hasta la base de la roca, es muy probable que haya sido erosionada la base de la misma por el tiempo, principalmente porque está en la entrada de un corral de ganado y se han socavado las bases con el camino.

Otros autores afirman que el significado de esta roca puede ser el mundo que pasó, o bien, el que vendrá, como un principio o fin de los tiempos. Sin embargo, los signos en la piedra de Donama hoy son un misterio, ya que nadie conoce realmente su significado y los mismos Kogui, descendientes directos de los Tayronas, tampoco saben, o no quieren revelar el código que está escondido allí.

El universo Tayrona estaba formado por estratos horizontales con la Sierra Nevada en el centro. Eran los Naomas quienes observaban el orden cósmico y formulaban los calendarios agrícolas y ceremoniales desde los templos; en este sentido es muy probable que en este sitio halla existido el mas importante templo de adoración a los Dioses Tayronas. 

Los templos estaban situados en las partes altas de la sierra, existiendo caminos empedrados para llegar a ellos. Admirablemente las casas de la cultura Tayrona eran construidas en forma cónica, de madera o bahareque, con techos de paja; igualmente sus sombreros asimilaban esta misma forma cónica. (Cultura 10 ONG, 2018).

Foto 3. Piedra de Donama cara al Oeste, como se puede observar este lado de la roca carece de petroglifo.

Tomando un pequeño recorrido, subiendo la montaña detrás de la Piedra de Donama, encontramos una serie de terrazas, las cuales hacen parte del sitio arqueologíco, donde al parecer se hacían rituales o ceremonias. Una vez en la parte alta, a no mas de 50 metros, al observar la Piedra de Donama, se puede evidenciar otra forma nunca antes descrita de la misma, o al menos documentada; es que desde esta otra perspectiva, la forma grabada de la Piedra de Donama sobresale y parece ser muy similar a un cono, coincidiendo con la indumentaria Kogui, así como a las mismas casas, cuya forma cónica tiene singularidades arquitectónicas de resguardar; desde esta perspectiva la roca asemeja la cabeza de un indígena con el sombrero Kogui, como se observa en la imagen 4.

Foto 4. Piedra de Donama cara al Oeste, como se puede observar este lado de la roca es muy similar a un sombrero o techo de vivienda, de forma cónica.


Posteriormente, al observar la Piedra de Donama en la parte superior (ver foto 5), sobresalen figuras semejantes a caracoles o conchas marinas, y se observan concavidades en el centro, (pudo ser usada para almacenar agua de lluvia o sustancias liquidas que se vertían en la parte superior de la roca), esto quizá para algún tipo de rito ceremonial. Esta roca puede representar el cerebro de los indígenas, la cosmogonía Tayrona y como se influiría la forma cónica dentro de la cultura tanto en los techos protectores de las casas como en sus sombreros protectores del cerebro.

Según algunos investigadores, los signos esculpidos en la roca corresponden a algún tipo de código cifrado, una especie de Piedra de Rosetta de la civilización Tayrona, con la cual se fundamentaba el respeto a la naturaleza y la convivencia pacífica del hombre con sus semejantes, en total armonía con la Madre Tierra. Este orden fue destruido por la llegada del hombre blanco hace aproximadamente 500 años y aún no se ha restablecido, incluso parece que hoy en día el hombre se está arrastrando cada vez más hacia la barbarie (Pascual, 2014).

Foto 5. Petroglifos de la parte superior de la Piedra de Donama. Aparecen figuras similares a caracoles o conchas marinas, se piensa en esa semejanza toda vez que algunos de estos crustáceos son usados para mambeo de coca y es indispensable para poder hacer reaccionar los componentes alcaloides de la hoja de coca.

Para el investigador italiano Yuri Leveratto, la piedra de Donama podría ser la representación simbólica de un cerebro humano, y con esto los antiguos Tayrona tal vez quisieron dejar el mensaje que el cerebro del hombre es capaz de hacer cosas extraordinarias y maravillosas. De hecho, el cerebro, en la cultura Tayrona, y hoy en la cultura Kogui, tiene un gran significado, es considerado como la sede de la fuerza y la fertilidad y se tiene gran respeto al alcance de su poder. Incluso según las creencias actuales, los Mamas, jefes espirituales de los Kogui, son capaces de influir telepáticamente a los líderes del mundo, con el fin de guiarlos hacia una profunda y mayor consciencia ambiental (Pascual, 2014).

Foto 6. Se observa el autor del presente artículo para que se pueda hacer alguna relación de la profundidad y tamaño del grabado en el granito.

Este sitio arqueológico cuenta con varios petroglifos en rocas diferentes. En otras rocas cercanas y menos estudiadas o desconocidas existen algunos símbolos muchos más claros, donde se pueden apreciar figuras zoomorfas y antropomorfas principalmente. El paujil como ave emblemática y que representa el cielo, por lo que son sinónimos de cercanía al Sol, el Creador. También se pueden apreciar figuras antropomorfas en otras rocas, donde se observan dos tipos de personas, unos con tocados y otros sin tocados (ver figura 7). Las figuras antropomorfas se observan similares a seres humanos, con torsos rectos, caras de forma triangular, dos ojos y boca abierta.

Foto 7. Roca con figuras antropomorfas, donde se observan representaciones de personas con tocados en la cabeza. Al parecer la persona que fue representada en el centro de la roca esta sobre algún tipo de altar.

Se pudo determinar que las figuras de animales y las de personas se presentan en rocas separadas; solamente en una roca se puede observar la combinación de especies humanas y animales. De hecho, esta roca en particular es la que incentivó el presente artículo, ya que merece seer conocida por el mundo entero y se puede observar la foto 8. La roca que figura debajo es la que realmente tiene un mensaje que entender, ya que mezcla múltiples imágenes y que merece toda la atención de la comunidad arqueológica.

Foto 8. Roca enigmática, denominada por el autor “la roca de la creación”. En el centro con relieve mucho más bajo un ser con cabeza ovalada y ojos grandes, tomado de la mano de una figura de una persona, ya desgastada pero muy posiblemente una mujer, ¿Adán y Eva?, ¿Dioses?..

El mensaje que dejaron los ancestros en esta roca ha pasado desapercibido, incluso ha tratado de ser borrado por distintos inescrupulosos. A pesar de la intención humana de borrar la imagen de este petroglifo, en el centro de la roca se observa lo que aparenta ser una pareja tomada de la mano, a la izquierda un ser antropomorfo con cabeza ovalada ojos grandes y lo que parece ser un cinturón. A la derecha una figura antropomorfa femenina con un tocado. Este tipo de petroglifo antropomorfo con cabeza de disco y de mayor tamaño es única en la cultura Tayrona (ver foto 9). 

Foto 9. Zoom realizado a la imagen anterior, donde se observa que sobre la cabeza de la figura femenina esta posada un ave, un paujíl, y sobre la cabeza del ser con cabeza ovalada lo que aparenta ser reptil o mono, por la cola prensil.

En la foto 9, sobre la cabeza de la figura antropomorfa femenina se observa una figura zoomorfa de un ave, probablemente un paujil, por otro lado, sobre la cabeza de la figura antropomorfa con cabeza ovalada esta posada una figura zoomorfa, con cola prensil similar a un reptil o mono.

Foto 10. En la parte superior derecha de la “roca de la creación”, se pueden observar dos figuras antropomorfas asistiendo a esta “foto”. Es muy parecido el acercamiento realizado al lado izquierdo.


En la foto 10 se observa que en la parte de arriba de la roca están figuras antropomorfas un poco más pequeñas, que dan perspectiva de profundidad, con tocados en las cabezas. Sin duda, al observar la forma como fue grabado este petroglifo, da la sensación de estar viendo una “foto” donde las figuras antropomorfas que están arriba de la roca, dan la perspectiva de estar detrás de donde está la pareja tomada de la mano. Como si asistieran a una ceremonia de una boda, ya que todos los invitados presentan tocados, a excepción de este ser con cabeza ovalada.

Debido a las escazas representaciones de las deidades Tayronas, sobresalen las Piedras de Donama por la variedad y calidad de los petroglifos, por tanto al ser estas las únicas imágenes, es apenas obvio interpretar que en esta "roca de la creación" quedaron plasmados ni mas mi menos que dos dioses Tayronas, los cuales se encuentran tomados de la mano y están siendo adorados en la ceremonia plasmada en el petroglifo de la foto 8, el cual se encuentra ubicado en un templo Tayrona. 

Sin embargo, de ser este ser extraño de apariencia alienigena, un Dios Tayrona, se habrían encontrado estatuillas u orfebrería Tayrona con su figura, o se conociera al menos su nombre, por tanto persistirá la duda de saber quien es esta ser o a que representa. Pero principalmente por que es tan importante para que sea el centro de atención de este templo en donde se encuentra con la mejor, o quizás la única, representación de la cultura Tayrona; podría ser el representante de las estrellas ya que según se ha estudiado los Tayronas adoraban a las estrellas.

Estos tocados usados en los petroglifos antropomorfos de la “Roca de la Creación” fueron copiados con la orfebrería Tayrona. Estos eran usados en las ceremonias por los chamanes, quienes representaban figuras zoomorfas, dando fortaleza a la hipótesis que la representación de la “Roca de la Creación” corresponde a una ceremonia. en la Foto 11 se observan como podrian lucir estos tocados de aves y plumas, cuyo fin aparente era recibir la fuerza de las aves para poder volar cerca del sol.

Foto 11. En la imagen dos tucanes de oro adornan el tocado de este colgante antropomórfico.

Se supone que los que hicieron estos grabados fueron los indígenas Tayronas en una época entre el año 500 y 1525, hasta ahora se desconoce el significado de estos petroglifos algunos chamanes le dan varios significados simbólicos y espirituales. Bajo estos argumentos la “Roca de la Creación” o “Del Principio de los Tiempos”, donde se plasmó una integración de dos culturas, una extraterrestre y otra humana, celebrada a forma de boda, grabada en este petroglifo a forma de fotografía de ¿Adán y Eva?...




BIBLIOGRAFÍA